IMPORTANTE
- 100% de agudeza visual o unos ojos sanos no es suficiente para tener una BUENA VISIÓN EFICAZ.
- Neurológicamente, en los 6 primeros años de vida, la visión tiene más plasticidad para aprender y ser estimulada.
- Un diagnóstico precoz de un problema visual evita problemas mayores.
- El 15-30% de los problemas de aprendizaje se deben a un problema visual no diagnosticado.
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miércoles, 24 de febrero de 2016

LATERALIDAD III: Factores y tipos. Lateralidad cruzada y ambidiestros.

ENTONCES, QUÉ DETERMINA LA PREFERENCIA POR UN LADO U OTRO DEL CUERPO

Primero es necesario que diferenciemos entre DOMINANCIA y PREFERENCIA. La Dominancia es con lo que nacemos predispuestos, y la Preferencia se determina por la fuerza de la genética y la influencia del ambiente.

Una persona puede tener una dominancia diestra y por "algún" motivo su ojo preferente ser el izquierdo. ¿Por qué?

Además, es necesario que sepáis que hay un poco de confusión en todo esto. Algunos neurólogos confirman que la dominancia del cerebro (o el desarrollo cortical de uno u otro hemisferio) crea la preferencia de ojo, mano, pie y oído y otros sin embargo, han demostrado que la relación predominio hemisférico y lateraliad no es abosluto.

Así, la dominancia/preferencia depende de los siguientes factores o teorías:
  • Factores neurológicos.- Algunos investigadores opinan que la preferencia hemisferica se puede deber a una mejor irrigación de sangre en uno u otro hemisferio.

  • Factores genéticos.- Esta teoría explica que la preferencia lateral se transmite genéticamente (si ambos padres son zurdos, o ambos son diestros la probabilidad de que el hijo o la hija salga zurdo@ o diestr@ respectivamente es mucho más probable que si uno es diestro y el otro es zurdo). Pero además, explica que la dominancia no es total, es decir, que aún teniendo claramente determinada la dominancia lateral (dominancia y preferencia coinciden), hay quienes realizan acciones con la mano no dominante (por ejemplo). 
  •  Factores ambientales.- Existe una influencia de los aprendizajes y del ambiental en general en el proceso de lateralización que marcará la lateralidad corporal. Por tanto, la lateralización es un proceso dinámico que está sometida a cambios y transformaciones en el transcurso de la evolución del proceso de la lateralización.

TIPOS DE LATERALIDAD

Según la preferencia de las 4 vías de información (manos, ojos, pies y oídos), podemos establecer los siguientes términos de lateralidad:
  • DIESTRO HOMOGÉNEO o LATERALIDAD HOMOGÉNEA DIESTRA, es aquel que utiliza preferentemente el lado derecho para prácticamente casi todo.

  • ZURDO HOMOGÉNEO o LATERALIDAD HOMOGÉNEA ZURDA, es aquel que utiliza preferentemente el lado izquierdo para prácticamente casi todo.

  • AMBIDIESTRO, AMBIZURDO O LATERALIDAD NO DEFINIDA, es aquel que utiliza indistintamente un lado u otro del cuerpo incluso para la misma vía y en la misma acción y en diferentes momentos. Ejemplo de esto es cuando unas veces utiliza la mano derecha para escribir, pero cuando se cansa, cambia el boli de mano y sigue con la mano izquierda, o inicialmente unas veces empieza con una mano y otras veces con la otra. 
                Esto es normal hasta la edad de 5-6 años. De hecho, antes de esta edad el niño debe poder manipular con las dos manos y darle experiencias a las dos manos para que se desarrollen las funciones de los hemisferios. A partir de esta edad ya debería ir marcando una preferencia por una mano determinada.

              • LATERALIDAD CRUZADA, es aquella en la que la persona no ha definido un lado como preferente y además, utiliza un lado para una vía y otro lado para otra vía haciendo la misma acción. En el aprendizaje las lateralidades cruzadas que más nos afectan son las de OJO Y MANO (para copiar) y la de OÍDO Y MANO (para dictados o tomar apuntes).

              • ZURDO CONTRARIADO, es aquel que siendo dominante zurdo le obligaron a funcionar con la mano derecha (forzar la mano es lo más común). 

              AMBIDIESTROS

              Cuando una persona es ambidiestra las dos mitades del cerebro no han llegado a estar completamente especializadas y no tienen claras su funciones. Hay quienes se adaptan a esta situación sin manifestar ningún tipo de problema y su vida y actividades trasncurre con normalidad, y sin embargo a otros sí les da problemas o dificultades en el aprendizaje de la lectura o escritura y en otras áreas, o incluso en su día a día.


              ¿QUÉ OCURRE EN LA LATERALIDAD CRUZADA?

              La lateralidad cruzada es la más común en los problemas de aprendizaje.

              Cuando un niño tiene un cruce lateral, la información circula más despacio por su cerebro y le cuesta más procesarla y responder adecuadamente. Necesita un cuerpo calloso muy fuerte para suplir esto. Y en ocasiones  parte de la información se pierde en un proceso más largo de lo normal.

              Cuando un niño diestro de mano utiliza el ojo izquierdo como preferente, la información visual se procesa en el hemisferio derecho y tiene que pasar la información a través del cuerpo calloso al hemisferio izquierdo que es quien da la orden a la mano lo de lo que debe copiar.

              Esto se complica aún más si utiliza un ojo como preferente distinto para lejos que para distancia próxima (ejemplo afecta al copiado de la pizarra y la verificación de lo que copia en el cuaderno).
              El proceso es tan largo que acaban borrando de la pizarra el enunciado de un problema y el niño con este problema no le ha dado tiempo a copiarlo o lo ha copiado mal.

              Lo mismo ocurre con el oído. Cuando un niño utiliza como preferente su oído derecho pero su mano preferente es la izquierda, su hemisferio izquierdo procesará la información que escucha y la pasará al hemisferio derecho para que de la orden de lo que la mano izquierda tiene que copiar. Si esto no se hace rápido, se pierde en el dictado, es incapaz de tomar notas o las toma mal (por ejemplo tomar nota de un simple número de teléfono).

              En estos casos hay que comprobar si es la mano o es el ojo/oído el que no coincide con la dominancia genética para saber qué debemos trabajar para cambiar.

              En todos estos casos, el ambiente ha modificado la dominancia. Un lado se ha desarrollado mejor que el otro a nivel de mano, oído u ojo y ha tomado las funciones de preferente.

              CARACTERÍSTICAS DE LOS DIESTROS Y LOS ZURDOS

              Los zurdos tiene como domiannte el hemisferio derecho, un hemisferio global y sintético. Son capaces de procesar la información con "simultaneidad visual", es decir, procesando varias cosas
              simultáneamente.

              Ejemplo 1: Una persona que busca "una aguja en un pajar" si es "secuencial lineal" mirará pajita por pajita hasta dar con la aguja; mientras que quien tenga "simultaneidad visual" mirará en global todo el conjunto de pajitas y verá la aguja.

              Ejemplo 2: Persona que tiene una excelente habilidad multitarea, es capaz de hacer BIEN varias cosas a la vez.

              Ejemplo 3: Persona que resuelve un problema utilizando la "síntesis", relacionando las partes y analizándolo como un TODO.

              A diferencia, los diestros tienen como dominante un hemisferio izquierdo más analítico y secuencial. Procesa la información usando el "análisis", resuelve el problema descomponiendolo en partes y analizando cada una ("secuencial lineal") y se centra en una sola cosa.

              Ejemplo 1: Buscará entre cada pajita dónde está la aguja.

              Ejemplo 2: Se tiene que CENTRAR EN UNA COSA y tras acabarla se pone con otra.

              Ejemplo 3: Analiza y descompone cada parte del problema, y lo va resolviendo POR PARTES.

              LATERALIDAD Y LENGUAJE (lectura/escritura)

              Cada hemisferio del cerebro tiene diferentes funciones referidas a la facultad del habla y del lenguaje, teniendo en cuenta que ambos no son idénticos. El hemisferio derecho trata la información de forma más global y el hemisferio izquierdo lo hace de forma secuencial y analítica.

              De ahí que cuando a un niño se le enseña la lectura en edades tempranas en ese momento es el hemisferio derecho el que está más desarrollado y aprende a leer de forma global (que es el aprendizaje que emplea el método DOMAN). Sin embardo, a la edad de 6 años el cerebro ha madurado (el hemisferio izquierdo toma el relevo en este area) y es más analítico. Quienes empiezan a leer a esta edad, lo hacen de forma secuencial y silábica.
              Por ello, cuando se intenta enseñar a leer de forma silabica antes de los 6 años el cerebro no está preparado para ello, y se le está forzando a esa situación que conlleva a futuros problemas en el aprendizaje de la lectura.

              Posteriormente a los 6 años, si ambos hemisferios están bien desarrollados e integrados, realmente el niño podría leer empleando ambos hemisferios y ambos métodos (global y analítico) para ser más eficiente en la lectura.

              Más información en esta otra entrada: Entonces, ¿cuándo introducimos la lectura?

              Además, cuando la lateralidad no está bien definida (el niño es ambidiestro, tiene lateralidad cruzada o es un zurdo contrariado), le dificulta aún más la lectura y la escritura porque no es capaz de leer en el sentido de nuestra lectura y escritura occidental (de izquierda a derecha), y a veces lee o escribe invirtiendo el orden de letras o palabras incluso, perdiéndose del reglón, saltándose letras o palabras, etc. Mostrando así erróneamente señales de DISLEXIA. La confusión que el niño tiene en las funciones de su cerebro lo plasma en la lectura y la escritura.



              ENTRADAS RELACIONADAS: 
              LATERALIDAD I: Aclarando conceptos
              LATERALIDAD II: Proceso de latarelidad o latearlización y su relación con el desarrollo de la visión
              LATERALIDAD IV: Análisis, señales y tratamiento.

              miércoles, 17 de febrero de 2016

              LATERALIDAD II: Proceso de lateralidad o lateralización y su relación con el desarrollo de la visión

              DESARROLLO DEL PROCESO DE LA LATERALIDAD O DE LATERALIZACIÓN

              Como os decía en la entrada anterior, este proceso es laaaaaargoooo y cualquier alteración en el mismo, entre el nacimiento y los 6-7 años de vida, puede hacer que no llegue a buen término.


              Cuando el niño nace su cerebro también "está en pañales". No está completamente desarrollado y es con lo que el niño se mueve e interactúa con el entorno con lo que el cerebro madura sus diferentes funciones.
              Cuando nacemos no tenemos una mano prefente, ni un ojo preferente (de hecho a un bebé de 18 meses le das un tubo para que mire a través de él y se lo coloca entre los dos ojos ;)), ni un hemisferio preferente...

              Eso casi es el final del camino de la lateralización.

              En los primeros años de vida, se le debe dar la oportunidad a ambos lados del cuerpo para que se desarrollen, para que ambos sean coordinados y su desarrollo lo más equilibrado posible. Esto corresponde a la ETAPA HOMOLATERAL, cuando el niño desarrolla ambos lados para CENTRAR LA LÍNEA MÉDIA LONGITUDINAL CORPORAL en el centro de su cuerpo. Esto permite que ambos hemisferios se desarrollen en igualdad.

              Si a un niño a estas edades se le condiciona desde el principio porque “parece que utiliza más una mano que otra” y no se le da experiencias a la otra mano, sencillamente se le impide que el hemisferio correspondiente se desarrolle con normalidad y eso provocará una mayor preferencia por el hemisferio correspondiente a la mano que más desarrolló. Una mano no debe ser la preferente, igual que un hemisferio, por el sencillo motivo de que el otro lado no se desarrolló.

              Cuando ambos lados han evolucionado en igualdad tanto a nivel motor (giros, volteos de cabeza y de cuerpo, y manipulación) como a nivel sensorial (percepción de sonidos desde ambos campos derecho e izquierdo, igual que la percepción de la visión desde ambos campos visuales, y la sensibilidad en el tacto de ambas manos), permite que ambos hemisferios vayan desarrollando sus funciones respectivas.

              Una vez ocurre esto, ambos hemisferios empiezan a comunicarse entre ellos. Esto corresponde a la ETAPA CONTRALATERAL. Se produce el desarrollo de una estructura nerviosa que es el CUERPO CALLOSO. Un haz de conexiones nerviosas que conecta ambos hemisferios y que permite el intercambio de información entre ambos y que la parte derecha del cuerpo sepa lo que hace la parte izquierda y al revés, para que ambas puedan funcionar JUNTAS de forma coordinada.

              Esta etapa se produce gracias al arrastre del bebé de forma contralateral (es decir, arrasténdose con la tripa pegada al suelo moviendo brazo y pierna contraria para avanzar o retroceder), al gateo y a la demabulación o marcha.

              Cuanto más fuerte, más repita y más marcado se haga este patrón cruzado o contralateral de brazo y pierna, más fuerte se hará el cuerpo calloso. Cuanto más practique el niño este cruce, más conexiones tendrá, y más rapida circulará la información y el intercambio entre ambos hemisferios.

              Antiguamente había padres que cuando su hijo se saltaba la etapa del gateo pensaban que "su hijo era muy listo porque había aprendido a andar antes que otros niños de su edad". Afortunadamente esto se piensa cada vez menos y se da mucha importancia a esta etapa ayudando al bebé a pasar por ella. RealmenteTODAS estas etapas son muy importantes porque en cada una el cerebro va madurando de una manera concreta, y si se salta alguna provoca un desorden en sus funciones cerebrales que refleja el niño mediante el desorden de su tareas o incluso de su vida.

              Cuando a ambos hemisferios se les ha dado la misma oportunidad para que se desarrollen en igualdad, y ya se comunican correctamente entre ellos a través del cuerpo calloso, se desarrolla la PREFERENCIA POR UN LADO DEL CUERPO a nivel motor (mano y pie) y sensorial (mano, oído y ojo).
              Como ya explicaré en la entrada siguiente, las preferencias que más afectan al aprendizaje es la de la mano, el ojo y el oído.

              Mientras esto ocurre, al mismo tiempo el niño aprende que tiene dos lados del cuerpo (derecho e izquierdo) y aprende a distinguirlo en él mismo (desarolla un ESQUEMA CORPORAL y unas REFERENCIAS ESPACIALES). Desarrolla la LATERALIDAD.

              Cuando lo tiene claro en él mismo, sabe llevarlo al espacio que le rodea, orientando su propio cuerpo en el espacio y los objetos respecto a él mismo o respecto a otros objetos, e identificando el lado derecho e izquierdo en las cosas que le rodean (sabe indicar direcciones, sabe orientarse en una calle, sabe orientar figuras,...). Desarrolla la DIRECCIONALIDAD.

               Y ésto llevado a la LECTURA le permite orientar las letras y los números, leer en el sentido correcto de izquierda a derecha, sabe ordenar las letras en una palabra o las palabras en un texto o los números en una cifra, o las cifras en una operación, sabe ordenar una historia...).

              RELACIÓN DE ESTE PROCESO CON EL DESARROLLO DE LA VISIÓN

              Ahora os preguntaréis qué relación tiene este largo proceso con el desarrollo visual, verdad? ¿Por qué nos interesa conocerlo y tratarlo a los optometristas comportamentales?


              El proceso de lateralización tiene una implicación importante en la visión, porque en cada etapa de éste se van desarrollando las habilidades visuales. Ambos desarrollos se producen de forma paralela y cuando uno falla, falla el otro.

              Por ejemplo, los niños con ambliopía u ojo vago o con estrabismo, NO TIENEN su línea media CENTRADA, sino que la tienen situada hacia su ojo bueno, por tanto, no desarrollan bien el hemisferio correspondiente al ojo vago.

              En la etapa homolateral igual que se desarrolla cada lado del cuerpo, y en consecuencia cada hemisferio, se desarrollan también las HABILIDADES MONOCULARES de cada ojo (agudeza visual, enfoque o acomodación, flexibilidad acomodativa y movimientos oculares). En esta etapa cada ojo funciona de forma independiente y usamos la visión de cada uno de forma alternante.

              En el caso del estrabismo o del ojo vago, uno de los ojos (aunque a veces incluso los dos,  uno más que otro) no desarrolla estas habilidades visuales monoculares correctamente, y en consecuencia uno de los hemisferios a nivel visual no se desarrolla del todo. En estos casos, ya se establece en este momento una clara PREFERENCIA FORZADA POR EL OJO MEJOR DESARROLLADO, que puede no coincidir con la lateralidad del resto del cuerpo o de su dominancia.

              En la etapa contralateral, cuando el niño empieza a arrastrarse y a gatear, desarrolla el cuerpo calloso y ambos hemisferios empiezan a conectarse y a comunicarse entre ellos. Igual ocurre con la visión, ambos ojos empiezan a funcionar A LA VEZ y como equipo (se desarrolla la VISIÓN BINOCULAR) y se desarrolla la VISIÓN 3D!!! El cuerpo calloso permite procesar junta la información visual que proviene de ambos ojos.

              Esta etapa no se desarrolla en los niños con estrabismo o con ojo vago. Su cerebro aprende a ver sólo con un ojo (siempre el mismo o alteranandolo). Y aunque gane agudeza visual con parches posteriormente, aunque con parches, con gafas o con cirugía el ojo quede alineado, EL NIÑO NO USARÁ AMBOS OJOS A LA VEZ, porque pasada esta etapa, el cerebro ya no sabe cómo hacerlo, ya no tiene las experiencias que necesitaba en ese momento y sólo la terapia visual le enseñará cómo conseguirlo.

              Finalmente se desarrolla la preferencia de uno de los ojos, que puede estar influenciada por el mejor o peor desarrollo de uno de los ojos. Ya no sólo a nivel de estrabismo u ojo vago, sino a nivel de una inmadurez visual funcional más leve de las habilidades monoculares.


              ENTRADAS RELACIONADAS: 
              LATERALIDAD I: Aclarando conceptos
              LATERALIDAD III; Factores y tipos
              LATERALIDAD IV: Análisis, señales y tratamiento.


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              miércoles, 10 de febrero de 2016

              LATERALIDAD I: Aclarando conceptos

              Cuando hablamos de LATERALIDAD la gente piensa que se reduce a saber indicar dónde está la derecha y dónde la izquierda, o como mucho, si somos diestros o zurdos.

              Pero la lateralidad es mucho más que eso. Es un proceso muy complicado donde el protagonista es el cerebro y eso en sí, ya lo hace complicado. Dura los 6-7 primeros años de vida y el proceso puede alterarse en cualquier momento, causando muchas dificultades y muchos síntomas.

              Cuando hablamos de si somos diestros o zurdos, principalmente hablamos de "qué mano estamos usando para hacer las actividades motoras diarias", pero la lateralidad no es sólo manual, también es podal (pie), visual y auditiva, por tanto, es motora y sensorial (corporal). Y más aún, la lateralidad es también cerebral, porque prefiriendo un lado del cuerpo, hacemos preferente un lado del cerebro... Aunque... ¿quizás sea al revés?... ¿Quién fue antes el huevo o la gallina?

              DEFINAMOS LATERALIDAD


              La lateralidad corporal es la preferencia en razón del uso más frecuente y efectivo de una mitad lateral del cuerpo frente a la otra. 


              Si os fijáis en vuestro cuerpo, la mayoría de los órganos o partes del mismo son dobles (dos manos, dos ojos, dos oídos, dos orificios nasales, la dentadura es doble y "simétrica", dos pulmones, dos riñones, dos piernas..., dos hemisférios cerebrales) y todo está dividido por el EJE MEDIO LONGITUDINAL CORPORAL que divide nuestro cuerpo en "DOS MITADES IDÉNTICAS". Así tenemos el LADO DERECHO Y EL LADO IZQUIERDO del mismo.

              Pongo entre comillas DOS MITADES IDÉNTICAS, porque cierto es que no lo son en sí. Ni a nivel estructural y menos a nivel funcional. Por ejemplo, tenemos una mano más hábil y una mano más fuerte.
              A nivel cerebral pasa lo mismo. Cada hemisferio cerebral se especializa en diferentes áreas, y esto se desarrolla más o menos según la estimulación que tuvo el niño de cada lado de su cuerpo.

              CÓMO FUNCIONA EL CEREBRO

              Para entender el proceso de lateralidad y los términos de preferencia corporal y preferencia cerebral es necesario que sepáis que la informacion sensorial (visual, auditiva, táctil o kinestésica) se recibe en el hemisferio contrario al lado por donde principalmente entró dicha información. Y además, las respuestas motoras, se procesan y se ejecutan desde el lado opuesto de nuestro cerebro al lado corporal que realiza la acción.
              Es decir, lo que hace la mano derecha, lo ordena el hemisferio izquierdo.
              Lo que ve el ojo izquierdo lo procesa el hemisfério derecho.
              Y viceversa.

              Aunque también tenéis que saber que la entrada de la información, el procesamiento y la respuesta a un estímulo no se produce SIEMPRE en cruce.
              Esto es debido a un QUIASMA donde se produce la SEMIDECUSACIÓN de algunas fibras nerviosas a través de las cuales parte de la información pasa al hemisferio contrario, pero una parte de esa información permanece en el hemisferio del mismo lado.
              En la VISIÓN ocurre lo mismo, como podéis ver en la imagen. Parte de la información que se procesa en la retina del ojo derecho llega al hemisferio derecho pero otra parte se cruza en el QUIASMA ÓPTICO y pasa al hemisferio izquierdo. Igual se produce con la información que llega al ojo izquierdo.

              Todo esto se explica muy bien en esta entrada de este blog (Antroporama), así que para no repetirme, lo comparto con su permiso.

              FUNCIONES CEREBRALES

              Antes comentaba que los hemisferios no se desarrollan de manera idéntica, cada uno tiene sus funciones y en los primeros años de vida, el desarrollo del cerebro permite el desarrollo y organización de dichas funciones.
              Por tanto, el desarrollo es asimétrico, pero no solo a nivel superior de hemisferios, sino también de estructuras nerviosas inferiores (por ejemplo, el hipocampo, responsable de la memoria, su parte derecha está preparada para la memoria a corto plazo, y su parte izquierda para la memoria a largo plazo).

              El hemisferio de derecho analiza la información de forma global y sintética, mientras que el hemisferio izquierdo lo hace de modo secuencial y analítica.






              ENTRADAS RELACIONADAS: 
              LATERALIDAD II: Proceso de lateralidad o lateralización y su relación con el desarrollo de la visión
              LATERALIDAD III; Factores y tipos
              LATERALIDAD IV: Análisis, señales y tratamiento.

              miércoles, 3 de febrero de 2016

              Oliver Sacks, el alma entre neuronas

              (este artículo se publicó originalmente en 24stories)


              Sacks llegó antes

              El universo más incomprendido que existe es el que se encuentra en nuestro propio cerebro. Miles de millones de neuronas conectadas entre sí que, a partir de señales eléctricas y reacciones químicas, permiten que el cuerpo que lo alberga vea, se mueva, manipule objetos y, en un acto de magia, se pregunte sobre sí mismo y su situación en el otro universo. El de los planetas y las estrellas.
              Muchos investigadores, neurólogos, psicólogos y psiquiatras han escrito obras de altísima calidad, detalle y concisión sobre lo que la ciencia aprende sobre nuestro cerebro, y de cómo este controla y afecta a nuestro cuerpo, a nuestras emociones y a nuestras relaciones personales.
              Oliver Sacks hizo otra cosa.
              Sacks fue un intento fallido de investigador, un motero culturista a quien su madre llamó abominación cuando se enteró de su homosexualidad incipiente. Explica en su autobiografía, En movimiento. Una vida, esos primeros años de búsqueda de sí mismo.
              Desde sus comienzos en Londres a sus estancias en San Francisco y Los Angeles, observamos a un Sacks que dedica sus fines de semana a recorrer miles de kilómetros en moto, mientras de lunes a viernes dedica años oscuros a intentar convertirse en un investigador, algo que nunca consiguió debido a sus continuos descuidos.
              Son sus jefes los que en un momento determinado le dejan claro que ha de dedicarse a tareas clínicas, y de relación con pacientes, y lo que le lleva a Nueva York. Y es ahí donde Sacks descubre una droga más intensa que las muchas que lleva metiendo en su cuerpo durante años (y que narra de manera muy abierta en Alucinaciones): las historias de sus pacientes.
              Son historias que hablan de capacidades asombrosas, como las personas que tienen tono absoluto, y son capaces de describir cualquier sonido en términos de notas musicales, o incluso de frecuencias. Como el caso de Frederick Ouseley en Musicofilia, quien ya de pequeño decía  “papá se suena en Sol”.
              Son estas historias de enfermedad y drama personal y familiar, como la que cuenta en “El ultimo hippie”, del libro Un antropólogo en Marte, sobre los efectos de un tumor cerebral en un joven a principios de los años 70. Esta historia fue llevada al cine en 2011, con el gran J. K. Simmons en la piel  del padre del joven.
              Y relatos de curación, a veces temporal, como el episodio narrado en Despertares sobre pacientes catatónicos que despertaron temporalmente tras administrarles el fármaco L-Dopa, también filmada en 1990, con Robin Williams interpretando a Sacks.
              Pero, más importante, narra historias de aceptación. La ciencia de la neurología avanza a toda velocidad, pero todavía existen multitud de casos que no tienen solución, en los que los doctores e investigadores no saben qué hacer. Y Sacks se asombra, impresionado por cómo muchos de sus pacientes aprenden a vivir con ello, o a aceptar su destino inminente. Y nos lo cuenta.
              Como el caso de Tony Cicoria en Musicofilia, quien, tras una breve parada cardíaca, comenzó a sentir el deseo de escuchar tocar el piano, que pronto evolucionó a una necesidad perentoria de componer música.
              O el de Temple Grandin, descrito en Un antropólogo en Marte, doctora en ciencias animales, destacada en el ámbito de la ganadería pero con un autismo que le aleja de las convenciones sociales aceptadas, y que le lleva a tener una “máquina de abrazar” en casa, que le permite obtener esa “sensación de serenidad y placer” que a veces todo el mundo necesita, pero de manera cómoda y predecible.
              Ahora hay muchos más doctores, enfermeros o investigadores que relatan sus casos y cómo les influyen en su vida. Atul Gawande es un cirujano endocrino de prestigio que ha escrito grandes éxitos como Better, o Being Mortal. Antonio Damasio o Rita Carter nos han ayudado a los neófitos a entender mejor cómo funciona nuestro cerebro, nuestros sentidos, y, en definitiva, nuestro mundo.
              Pero es que Sacks, sencillamente, estaba aquí antes. Excepto por Aleksandr Luria, neuropsicólogo de la URSS con quien mantendría correspondencia durante muchos años tras descubrir libros suyos con casos clínicos tan parecidos a los que Sacks trataba de describir.
              En 2015, Sacks descubrió que un melanoma ocular del que había sido tratado hacía nueve años se había reproducido y propagado al hígado. Le quedaban pocos meses de vida y encontró al último paciente a quien observar: a sí mismo. Y en cuatro emocionantes artículos en el New York Times, describe esos momentos de confusión física, pero con una brillantez mental y literaria que pone los pelos de punta.
              Su párrafo final es una oda a la vida bien vivida.
              “Y ahora, débil, sin aliento, con mis músculos, antes firmes y ahora desvanecidos por el cancer, me encuentro pensando cada vez más, no en lo espiritual o sobrenatural, sino en lo que significa vivir una vida buena y plena – logrando una sensación de paz interior. Mis pensamientos se van al sabbat, el día de descanso, el séptimo día de la semana, y quizás también el séptimo día de la vida misma, cuando uno puede sentir que el trabajo está hecho, y puede, en consciencia, descansar.”
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